Las herencias culturales del México prehispánico reflejadas en tradiciones, vestigios, arte y alimentación.
Los primeros pobladores de lo que hoy es México, llegaron hace aproximadamente 25,000 años y desde entonces hasta hace cerca de 7,000 años cambiaron muy poco su forma de vida. Durante los miles de años anteriores al inicio de tales cambios esos hombres y mujeres, vivieron en cuevas abrigos rocosos y enramadas. Se mantenían de frutos silvestres que recogían y de la pesca y la cacería. Sus armas y utensilios eran de piedra, madera y huesos. La cacería les proporcionaba las pieles con que se cubrían.
Un primer cambio de enorme importancia surgió, cuando algunos de estos pobladores, se dieron cuenta de que si depositaban en la tierra algunas semillas, éstas crecían y podían convertirse en su alimento. El cultivo de plantas, como la calabaza, el chile, el frijol y el maíz, requirió de muchos años. La práctica de la agricultura propició que estos pobladores empezaron a establecerse en lugares fijos, cercanos a donde cultivaban sus plantas. Así fueron apareciendo las primeras aldeas. Un nuevo logro consistió en la fabricación de vasijas, y otros recipientes hechos de barro cocido y cerámica.
Los pueblos mesoamericanos conformaron una sociedad que podía producir refinamientos culturales como un sistema de mantener registros, si bien no fuera escritura alfabética, un calendario sumamente elaborado, edificios monumentales, artes primorosas y una religión muy compleja que demandaba la participación de sacerdotes especializados.
Las civilizaciones que florecieron en la región de Mesoamérica, compartieron grandes avances que se pueden considerar como parte de sus herencias culturales:
-Innovación técnica orientada a la agricultura, terrazas, chinampas y milpa.
-Uso de técnicas e instrumentos de cultivo: bastón plantador (coa) y azadón de madera, que permitieron la autosuficiencia alimentaria.
-Domesticación del maíz y otras plantas comestibles (frijol, calabaza, aguacate, anona, chirimoya, nopal, cacao, maguey, chile, guaje y amaranto), textiles (algodón, henequén, zapupe), enervantes (tabaco), medicinales y ornamentales (dalia).
-Preparación del maíz usando cal (nixtamal), para transformarlo en tortillas y tamales.
-Trabajo textil de algodón.
-Construcción de obras hidráulicas.
-Edificación de complejos urbanos y arquitectónicos.
-Trazo de patios en forma de "T" para el juego de pelota.
-Uso de estuco para el recubrimiento de superficies arquitectónicas.
-Construcción de pirámides con fines de culto.
-Creación de un panteón impresionante y de una religión de la que hoy se cuestiona su carácter politeísta, para sustituirlo por el dualismo.
Los sistemas de escritura desarrollados sobre todo en el caso de los mayas y los zapotecas, son importantes. Hasta donde se sabe el sistema de numeración sólo se usaba en los calendarios y permitía consignar los acontecimientos históricos con mucha precisión.
Por lo general los habitantes de Mesoamérica se establecieron en ciudades o pueblos, según el número de pobladores. Construían grandes centros ceremoniales y religiosos, tenían plazas, acueductos, observatorios astronómicos y vivían en casas elaboradas de diversos materiales, según la religión.
Entre los vestigios o restos encontrados de todas las culturas de Mesoamérica se encuentran las maravillosas construcciones piramidales, centros ceremoniales y tumbas. También se han encontrado calendario, petroglifos, hachas, joyas de oro y plata, figuras de jade, serpentina y otras piedras preciosas, telas, vajillas de barro y muchos objetos más, que ahora pueden ser apreciados en museos de historia.
En el estado de Yucatán también perduran vestigios arquitectónicos, Chichen Itzá es un ejemplo de ello, tiene el edificio destinado a juego de pelota más grande de toda Mesoamérica con cuatro templos asociados, áreas para llevar a cabo ritos de purificación, plataformas para la probable escenificación de danzas sagradas, construcciones como el Mercado y palacios como el de las Monjas para albergar a los teócratas y otras autoridades militares y religiosas. Todos estos edificios están comunicados por una serie de calzadas. Una de ellas conecta con el Cenote Sagrado, un profundo y ancho pozo donde los mayas acostumbraban realizar sacrificios humanos y que posiblemente funcionó como centro de peregrinación, ya que en el fondo de él se han encontrado ofrendas procedentes de muy diferentes regiones de América.
Otros lugares que afortunadamente pueden ser visitados por conservar vestigios culturales de las culturas mesoamericana están: La Venta, Tres Zapotes (entre Tabasco y Veracruz); El Tajín y Papantla (Veracruz), Potonchán (Tabasco) ,Uxmal (Yucatán), Palenque, Bonampak y Yaxchilán (Chiapas), Teotihuacan (Estado de México) el Templo Mayor (Ciudad de México), la Quemada (Zacatecas), Mitla, Xaachila, Monte Albán (Oaxaca), Xochicalco (Morelos), Tula, Huapalpalco y Xihuingo (Hidalgo), Tzintzuntzan (Michoacán), Cholula y Cantona (Puebla), entre otros.
Todos los pueblos que se asentaron en Mesoamérica compartían una cultura muy parecida. Cada una de ellas tuvo adelantos grandiosos en diversas artes y ciencias como la matemática, la astrología, la astronomía, la botánica, la pintura, la escritura, y la medicina. Además domesticaron animales como el pavo y a un perro pálido y sin pelo llamado "xoloitzcuintle", que además fue una mascota muy querida y apreciada. Cazaban conejos, liebres, venados, faisanes y aves acuáticas, comían su carne y aprovechaban sus pieles o plumas para hacer vestidos y objetos de adorno.
Los antiguos habitantes de México lograron creaciones culturales, de las cuales muchas de ellas perduran en la actualidad. Entre los rasgos y elementos que tienen raíces de nuestro pasado prehispánico, se puede mencionar las lenguas, no pocas habladas todavía en la actualidad, que han influido en el español de México. Muchas palabras sobre todo del náhuatl, se han incorporado, son el registro de las herencias culturales. Perduran los nombres de muchas edificaciones como los teocalli, "templos", y también vocablos relacionados con la construcción, los malacates o cabrestantes, especies de poleas; los jacales, construcciones sencillas, algunas hechas con madera, pajas o sácate, otras, con piedra que puede ser de petate o tezontle. Hay techos de tejamanil y otros cubiertos con chapopote.
En la vida cotidiana es muy común emplear palabras como apapachar, enchilar, pepenar, achichinar, que equivale a quemar, apachurrar, encutar, petatearse, tata, chamaco, escuincle, cuate, cuatacho, chilpayate, pipiolera, tocayo, entre otras. Para preparar comida no deben faltar los comales, molcajetes, las picaras, los metates, molinillos, los popotes, los tejocotes, los tepalcates. Otros objetos que son también útiles, los mecates, ayates, huacales, petates, cacles o zapatos y hasta los papalotes para jugar.
Invenciones prehispánicas son las chinampas, los temascales, los apantles para conducir el agua. Hay casas con tapanco (de tapantli, "azotea"), que también significa desván o doblando, existen tianguis, tlapalerías y tinacales, para fermentar el pulque. Muchos son los árboles cuya madera aprovechaban los nahuas y cuyos nombres hasta hoy se conservan: ahuehuetes, pochotes, ocotes, oyameles, huejotes, mezquites, etc.
Del mundo de los animales domésticos son el guajolote, la pípila, el cenzontle, entre los que gozan de libertad los zopilotes, tecolotes, huilotas, quetzales, tlacuaches, coyotes, ocelotes, mapaches, entre otros. Los pobladores prehispánicos cultivaron plantas y frutos que hasta hoy se consumen, conocidos con su nombre en náhuatl. Tomates, jitomates, aguacates, paguas, quelites, tejocotes, cacahuates, nopales, capulines, chiles, zapotes, chayotes, chicozapotes, ejotes, camotes, jícamas, peyote, elotes, chía.
Aprovechando esos frutos y otros muchos recursos floreció un arte culinario del que hasta hoy se preparan muchos platillos y bebidas. Tamales, pozoles, atoles, chilaquiles, enchiladas, totopos, tlacoyos, pinole, chocolate, tepache, mezcal, tequila y tejuino. Los variados moles, el guacamole, huitlacoche, los escamoles y los cocoles. Así que buena parte de la dieta diaria que ahora consumimos los mexicanos y que forman parte de la riqueza gastronómica reconocida mundialmente, se debe a productos que las antiguas civilizaciones ya cultivaban maíz, frijol, amaranto, calabaza, tomate, cacao, vainilla, entre otros. Destacar por su puesto, que los indígenas aprendiendo y nos heredaron las formas de conservar y moler las semillas para hacer masa para tortillas.
Fuentes:
16. Historia de México 1.pdf - Google Drive
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